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viernes, 6 de junio de 2008

A medianoche se nos fue Eugenio Montejo…




A medianoche se nos fue Eugenio Montejo… Se me crispa la piel al escribirlo. Una amiga llamó ayer a Yineska para avisarnos que estaba muy mal… Es lamentable que muera ignorado y malmirado por muchos que hasta ayer le tenían en sus mesas de noche…

Les lego una frase que me ha acompañado siempre, desde el día en que tuve la fortuna de que cayera en mis manos ese hermoso libro que es Algunas palabras, frase final del poema Los árboles:

No sé qué hacer con ese grito, no sé cómo anotarlo.

Desafortunadamente no tengo el libro a la mano en estos momentos y nunca me ha gustado memorizar poemas, luego lo reproduzco.

Expongo otro de sus poemas, acaso más justo y no menos conmovedor para sus exequias.
Que parta en paz.


Amantes

Se amaban. No estaban solos en la tierra;
tenían la noche, sus vísperas azules,
sus celajes.

Vivían uno en el otro, se palpaban
como dos pétalos no abiertos en el fondo
de alguna flor del aire.

Se amaban. No estaban solos a la orilla
de su primera noche.
Y era la tierra la que se amaba en ellos,
el oro nocturno de sus vueltas,
la galaxia.

Ya no tendrían dos muertes. No iban a separarse.
Desnudos, asombrados, sus cuerpos se tendían
como hileras de luces en un largo aeropuerto
donde algo iba a llegar desde muy lejos,
no demasiado tarde.














Post scriptum, 18 de Noviembre de 2019. A tantas noches de aquella, infausta, dejamos acá el poema inolvidable...

Los árboles

Hablan poco los árboles, se sabe.

Pasan la vida entera meditando
y moviendo sus ramas.
Basta mirarlos en otoño
cuando se juntan en los parques:
sólo conversan los más viejos,
los que reparten las nubes y los pájaros,
pero su voz se pierde entre las hojas
y muy poco nos llega, casi nada.

Es difícil llenar un breve libro

con pensamientos de árboles.
Todo en ellos es vago, fragmentario.
Hoy, por ejemplo, al escuchar el grito
de un tordo negro, ya en camino a casa,
grito final de quien no aguarda otro verano,
comprendí que en su voz hablaba un árbol,
uno de tantos,
pero no sé qué hacer con ese grito,
no sé cómo anotarlo.




Y en este enlace el poema, leído por Montejo.

https://soundcloud.com/luis-alejandro-contreras-644185918/montejo-los-arboles?fb_action_ids=10207933328874810&fb_action_types=soundcloud%3Apublish


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Escuchemos a Montejo, a su paso por el Festival de Poesía de Medellín…
Registro de la Revista Prometeo
http://www.festivaldepoesiademedellin.org/


Mi amor

En otro cuerpo va mi amor por esta calle,
siento sus pasos debajo de la lluvia,
caminando, soñando, como en mí hace ya tiempo…
Hay ecos de mi voz en sus susurros,
puedo reconocerlos.
Tiene ahora una edad que era la mía,
una lámpara que siempre se enciende al encontrarnos.
Mi amor que se embellece con el mal de las horas,
mi amor en la terraza de un Café
con un hibisco blanco entre las manos,
vestida a la usanza del nuevo milenio.
Mi amor que seguirá cuando me vaya,
con otra risa y otros ojos,
como una llama que dio un salto entre dos velas
y se quedó alumbrando el azul de la tierra.

5 comentarios:

Unknown dijo...

Eugenio Montejo dejó una obra conmovedora y maravillosa que nos hace despertar y tomar conciencia del milagro de estar en esta vida.

Tirso Padilla dijo...

Buenos días.Quiero expresar mi apoyo a éste blog,porque hay qué realzar la poesía de Eugenio,ya que es poco conocido por las nuevas generaciones;y siempre ha estado un poco relegado.Gracias.

Tirso Padilla dijo...

Buen día.Quisiera expresar mi apoyo incondicional al blog.La figura de Eugenio hay que realzarla y conocerla,porqué las nuevas generaciones no lo conocen.Tenemos que llenar todos los espacios con la poesía de Montejo.Me sumo en ganas e ímpetu.Gracias.

Tirso Padilla dijo...

Buenos días.Quiero expresar mi apoyo a éste blog,porque hay qué realzar la poesía de Eugenio,ya que es poco conocido por las nuevas generaciones;y siempre ha estado un poco relegado.Gracias.

América Ratto-Ciarlo dijo...

Se enriquece tan bello poem en la voz de su autor! Gracias por este testimonio.